25/8/11

Be, being.

Locura y frenesí en 4 paredes decoradas de mentira y falsedad. Siempre dos adjetivos, siempre el mismo pucho a medio fumar. Cantás, te desahogás. Vainilla, catalán. No enciendas la máquina, no tiene energía, se perdió al cambiarla por alegría.
Pero no olvides que sin estar, estoy.
Don't carry the world upon your shoulders.

14/8/11

Sky

Y es así que iba piloteando un avión; podía pararme y éste seguiría su rumbo sin problema alguno. Éso hacía, me paraba, agarraba tachos de pintura de colores simpáticos y los lanzaba por las nubes. Pintaba entonces el cielo de felicidad; pintaba el cielo, quedaba impregnado de libertad. Rosa, verde, celeste, amarillo.
Recuerdo mirarlo desde el pasto, y tirarlo desde el cielo.

27/7/11

Arma.

Al caer el escudo, la carne queda expuesta a cualquier arma; se lastima y luego sana. Pero queda una herida; el escudo está ahora perdido. Es así que su protección es una cicatriz, una pobre armadura.

22/7/11

Un abrazo y un rechazo.

Ese abrazo demostraba una y mil sensaciones. Demostraba un final, un comienzo. Como un abrojo se aferraron, cerraron los ojos y recordaron ese fatídico momento. Pero como una piedra logra romper en un instante un cristal, ese pensamiento se perdía y ya no lo sentía. Ya no entendía el abrazo y quería estar sola. Quería estar sola porque en su cabeza las aguas no calmaban y cobraban fuerza y furia.
¿En realidad quería estar sola? No. Se sentía sola, quería compañía. Quería un abrazo sincero, quería un hombro, una mente que escuchara y analizara su mente. La fuerza de las palabras aumentaba y cada frase hacía que su cabeza doliera.
De a poco estarían creando una herida en su pecho.
¿Por qué tenía entonces tan presente ese abrazo? No cabía duda que ese momento había sido tan real como era su dolor ahora, pero ya no lo sentía. Su cuerpo rechazaba la idea de acercarse y abrazar de esa manera otra vez. Rechazaba la idea de acercarse. Es por éso que a pesar de su soledad, quería estar más sola. Es por éso que ya no comprendía la sinceridad de ese abrazo.
No era sólo éso. Además de ese cruel rechazo que sentía, su mente le hacía creer que era la bacteria que de a poco pudría a esa multitud. Entonces, el sentimiento de querer estar más sola todavía, de escapar, era también para calmar esa tensión, para arreglar esa linda relación que veía y no quería que acabe.
Sentía rechazo.
Nayla se sentía una vez más, rechazada.

13/7/11

Redactarte

Estar parado en medio de un campo vacío y enorme, sentirse atrapado entre cuatro paredes imaginarias que te sofocan, te aplastan y te hunden en vos mismo. Cerrar los ojos para no sentir lo que hay al rededor, imaginar más y querer volver a abrirlos, con miedo. Pero esa presión que hacía fuerza en tu cabeza, ahora pasó a tu pecho y te hace sacar lágrimas. Las absorbe, las saborea y las escupe. Pero, ¿quién?
Hacía tiempo que no recorría esos caminos tan profundos de su mente y ahora lo único que quería era descansar. Quería sonreír, quería volver a soñar. Fue así que tomó un libro, se sentó, lo abrió en la página 11, y comenzó a leer su pasado. Comenzó a crear su pasado, que tan perdido estaba.

3/7/11

Canela y miel.

Nayla se levantaba cada mañana para preparar su té de canela y miel. Se sentaba en el sillón de su abuela a escuchar el viento soplando entre las hojas del gran árbol antiguo. Tomaba de a pequeños sorbos, imaginaba el mundo como no era, recordaba fragmentos de poesías aún no inventadas.
Al terminar su té dejaba la taza blanca con flores de jazmín pintadas en ella sobre la mesita, sobre el mantel que tantos recuerdos le traía.
Nayla soñaba con ver una vez más al niño corriendo en el parque, a los pájaros volar sobre su cabeza. Su cabeza. Tenía una mesa con tazas de té, de canela y miel. Tenía un sillón y un gran árbol antiguo. Una luz tenue absorbía su impaciencia. Un escalofrío recorría su espalda.
Nunca había prendido el fuego. Nunca había comprado saquitos de té de canela y miel. Nunca había tenido un sillón de su abuela, ni un árbol antiguo. Sólo tenía ese mantel que simulaba ser su mente, simulaba ser sus pensamientos.
Simulaba existir, Nayla simulaba existir.

6/5/11

Lista rlz

Hola blog, te dejé en el olvido, lo sé. Es que empecé Diseño Gráfico, y como me queda a unas cuadras, no estoy casi en casa. Pero yo te veo casi todos los días. Entro, te recorro, veo si te comentaron, y salgo. Y en ese ratito en el que estoy pendiente de vos, pienso en alguna entrada, pero el cansancio mental me gana y termino yendo con otros.
No sientas que te engaño! Es más, prometo hacerte un costume copado, ahora que tengo la onda diseñadora en la cabeza, me siento 'Dios' (*) y sé que algo lindo va a salir.
Por ahora te tengo que contar que gracias a la FADU se me atrasaron un par de cosas, y se sumaron otras, para hacer. Vamos a hacer una lista.
1) Terminar de lijar la guitarra
2) Pintar la guitarra lijada
3) Diseñar la tapa para el nuevo álbum de El Viaje de MarcoPolo
4) Diseñar la página para Nube París (**)
5) Ordenar la música de mi iTunes
6) Ordenar la música de mi iPod
7) Grabar nuevos riffs para la quizás futura banda
8) Comprarme una hamburguesa en la Facultad

(*) Léase: Dis. Gráfico Norris, Chuck.
(**) Léase: Fue una simple idea de Manú pasada a Agús pasada a Flopí.

10/4/11

Ojos vidriosos

En un segundo tu voluntad se quiebra el pie y cae rápidamente al vacío. Como todos los días, agarrás una fibra permanente y te dibujás una sonrisa en la cara. Pero, por más que sea indeleble, cada noche se termina borrando, logrando que sigas una y otra vez cayendo en el juego de la venta. No, no sirve. Buscás luz, pero atraés sombra. Toda muestra de energía es rechazada por tu carga negativa, vivís blanca. A veces esa fuerza carente de identidad se apiada de vos y te da un par de días de verano. Y no pasa mucho tiempo que los rayos te queman y tu mente vuelve a pedir una tormenta que haga con tus sentimientos juegos aleatorios. Y no pasa mucho tiempo...

17/3/11

Menta.

Si me encontrara encerrada entre dos paredes, si mis lágrimas fueran la lluvia de los domingos, si mis pies caminaran desnudos por la calle agrietada, si mi corazón palpitara al ritmo de tu mirada, si mis manos tocaran suavemente cada hoja del más bello árbol, si mi mente se encontrara perdida en un andén, si mi boca fuera un callejón donde vagaran esas palabras necias, si mis uñas desgarraran tus ojos, si mi voz se encontrara con una sinfonía de llantos, si mis piernas temblaran al momento de elegir mi camino, si mis recuerdos se unieran con los tuyos, si la mirada perdida de ese niño no me persiguiera, si el temblor de tus dedos no me absorbieran la energía, si esa flor no viviera cada día.


Me dan miedo los girasoles.

26/2/11

Tell me the colour of the rain.

Ya puedo ver el sol, las nubes se están yendo. Es hora de sonreír y dejar la lluvia atrás. ¡Quiero escuchar esas risas! Quiero escuchar sus incoherencias, quiero volver a vivir. ¡Bien! Bien. Una cerveza, una cámara, un lugar.
¿Sabés? Estoy caminando más tranquila que nunca, estoy apreciando esos pequeños detalles. Volví a ser, no quiero más gris. No quiero más gris.
Estoy bien, no tengo mochilas, nada que pese.
Sonrío.

17/2/11

Find the words.

Ya separé los papeles.
Los de color van a una bolsa.
Los blancos van a otra.
¿Y ahora?
Borrón y cuenta nueva.

9/2/11

Un respiro.

Una pausa eterna,
éso pido.

7/2/11

Lo que vale no es el día

¿Dos caras?
La mecha es corta.

6/2/11

En un rincón

Hiciste como esos aviones,
con sonido y todo.
Pero bueno, hay que pensar en positivo,
¡al menos sé que puedo sorprenderme!

Montañas de arena

Es mejor que el viento sople.

Mientras me quede aire

Y realmente quiero que te rías,
y que digas que es un juego no más.
O me mates este mediodía, nena.

4/2/11

Alma en calma

Empezá quitando el dinero. Después, pensá en ésos días grises, y quitalos también. Dejá de lado esas lágrimas, esas sonrisas falsas. Tirá los malos momentos, los gritos, las peleas, el desgano. No pienses en el miedo, no pienses en el mal, en ese sentimiento que a veces recorre tu pecho.
Sacá esas capas. Una por una, analizándolas detenidamente. Cuando al fin quites la última, vas a poder ver ese centro tan calmo, esa mueca de felicidad. Vas a conocer finalmente la pureza, la tranquilidad.
Sí, existe realmente.
No es por nada hablar del sol, y sus nubes.

Y ahora, sólo queda extender tus alas, salir a volar. Renacer, tirar el cuerpo en las nubes, meter los pies en la ciudad. Ser grande, pero no ser adulto. No arrepentirse. ¿Para qué vas a agregar otra capa más?


Vivir no es simple.
Y tampoco pretendo que lo sea.

30/1/11

árbol de la vida

Hace un tiempo aprendí a flotar.
Observo las copas de los árboles, admiro las hojas más altas, embebidas por los más exquisitos rayos de luz. Escucho a los pájaros cantar, mientras los veo unirse con el viento.
Pero aún así, sé que allá abajo, casi tocando las raíces de ésos árboles, se esconden insectos que actúan enérgicamente en el ecosistema. Sé que las hojas que a mi altura están, oscurecen la tierra, los pies del majestuoso roble. Sé que en un día de lluvia me voy a mojar, sé que el roble y el suelo también. Pero cuando al fin cesara, yo me secaría, y toda vida debajo de mis pies, seguiría empapada de inconformismo.
Debería aprender a aterrizar,
sólo por si acaso.

miel

Su mente pide calma.
Pide justicia para el corazón,
para así poder de una vez callar esos sentimientos.

9/1/11

Tápame.

Un silencio más allá de lo normal. Hoy las copas no se rompen, hoy los muebles no lloran. La oscuridad me acompaña, y ya no soy yo.
Me encuentro caminando ahora en un bosque, sola. No sé a dónde voy, pero estoy segura de que voy a llegar a mi lugar. Mi alma es saturada de angustia, mi cabeza de preguntas.
No sabía cómo, pero había llegado. Tenía una sonrisa temprana en mi cara, un mar en mi espalda, dos manteles y una canción. Despegaba mi mano, despego.
En el cielo, me encuentro con un ser brillante, con alas mitológicas. Me mira, sonríe y me susurra algo al oído. Sólo un sonido. Un extraño sentimiento saludaba mi interior.
Rápidamente caía, mi mente en blanco, mi corazón palpitando lentamente, rompía espejos. Su voz se hacía cada vez más lejana, sus lágrimas arena, su respiración cesaba.
Abro los ojos. Me encuentro en un bosque, rodeada de muebles que lloran por copas rotas. Con dos manteles y una canción, el viento levanta un poco de polvo. Pero mi mente seguía en blanco, mi mirada perdida, mi cabeza llena de preguntas, mi alma saturada de angustia.
Aprendía a sentir más de lo que tenía.
Conocía la caída de un ángel.