Te preguntarás por qué me fui. Es una historia muy larga. Ésto es uno de los tanto enigmas que encierro, en los que le permito a la otra persona jugar, crear, imaginar historias locas, o no, de por qué, en éste caso, me fui tan rápido.
Ser tan rara, tan bizarra, puede
serle incómodo a los demás. Pero a mi me encanta, me apasiona, me fascina... y me divierte. Podría decir que es un
hoobie.
Y ahora, para darte lugar a una nueva segunda parte de por qué mi huida, me esfumo con la
briza no existente de un imaginario mar en verano, esperando a ser encontrado por el más mínimo soñador aventurero.
Y no me queda otra palabra que un simple adiós acompañado de quejas de la cabeza. Adiós, hasta el próximo entierro. Ya no queda nada más en mi mente que quiebras.