6/7/08

Hoy Buenos Aires llueve.

Hoy las gotas caen y no paro de pensar. Hoy leí un libro que me ayudó. No lo entendí, no tenía mucho sentido, pero sé que de alguna forma, me ayudó. Hoy puedo, sé que puedo, pero no sé qué es lo que puedo. Hoy pienso, pero no sé qué pienso. Hoy sé, pero no sé qué sé. Hoy extraño, pero por suerte, sí sé qué extraño. Y vos también. Todas las personas necesitan un día para pensar, sabiendo que tienen miles de cosas para hacer. Ese momento para aislarse, donde nadie te diga que no. Hoy es un día en el que puedo decir que sé que no me voy a rendir, porque el apoyo sé que lo tengo; un día en el que puedo asegurar que yo no dejo de hablar a las personas que quiero; un día en el que puedo agradecer mi vida, agradecer por la familia que tengo, por los amigos que conocí, por esos amigos; un día en el que puedo llorar al compás de la música; un día en el que puedo abrir mi corazón a miles de amigos, que por mala suerte, y gracias a Dios, no tengo miles, sino 3; un día en el que puedo necesitar de las cosas que no necesito, que sé que no las voy a querer; un día en el que puedo explayarme sin terminar con un adiós; un día en el que puedo desear y que sé que no voy a ser criticada; hoy es un día en el que sueño sin dormir; hoy es un día en el que duermo sin soñar. Hoy puedo.
Hoy Buenos Aires llueve.


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