13/7/11

Redactarte

Estar parado en medio de un campo vacío y enorme, sentirse atrapado entre cuatro paredes imaginarias que te sofocan, te aplastan y te hunden en vos mismo. Cerrar los ojos para no sentir lo que hay al rededor, imaginar más y querer volver a abrirlos, con miedo. Pero esa presión que hacía fuerza en tu cabeza, ahora pasó a tu pecho y te hace sacar lágrimas. Las absorbe, las saborea y las escupe. Pero, ¿quién?
Hacía tiempo que no recorría esos caminos tan profundos de su mente y ahora lo único que quería era descansar. Quería sonreír, quería volver a soñar. Fue así que tomó un libro, se sentó, lo abrió en la página 11, y comenzó a leer su pasado. Comenzó a crear su pasado, que tan perdido estaba.

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