Quizás podría comparar el recorrido de la vida con el recorrido de una cuadra. Uno tiene dos posibilidades. La primera es la más fácil, caminar por la vereda, sin cruzar, recto hasta el final. La segunda es arriesgándose a cruzar a la otra vereda, sin saber si vienen autos o no. Sin saber si habrá que esperar a que pasen ellos primeros para llegar al otro lado. Sin saber si te atropellarán. La segunda siempre es la más larga y peligrosa. La primera,
la más aburrida.
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