Sentado, callado, miraba el mar. Gritando, callado. Dudaba de eso y de él mismo.
¿Es real lo que veía? La perfección de la inmensidad con el detalle de una línea.
No te encariñes. No todo podía ser como lo creía, y su batalla iba terminando. Ganaba la nada y lo
absorbía su mente.
¿Habrá desaparecido? Él iba a perdurar por siempre, por cada palabra que produjeran sus pensamientos.
Han de callar algún día. Cree en la reencarnación. Es su última salida.
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